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Terrorismo gastronómico

Publicado: 2012-02-03

Opinión *

Hace casi un siglo atrás, nuestro ilustre pensador Manuel Gonzales Prada dijo con precisión meridiana que éramos un país más abocado a resolver los problemas ventrales, antes que los problemas reales. En otras palabras, concluyó que éramos un país de glotones, de monigotes sacudidos por fuerzas ventrales e intestinales. Hoy esta declaración adquiere un valor casi profético, en momentos en que el debate nacional se centra en el tema gastronómico, a raíz de un afilado comentario lanzado por un escritor peruano en contra de la sagrada comida nacional, estandarte máximo de la Marca Perú.

Como era de esperarse, el tema ha aglutinado a nuestra élite intelectual (como si se tratase de un problema prioritario de vida o muerte) más abocado a temas superfluos, que a temas reales como la minería poco responsable en el Perú, o la pobreza cultural y mental de nuestra democracia.

Sin embargo, este chato debate sobre los niveles de calorías de una explosiva chanfainita o un grasoso achoncholí, ha servido para sacar a la arena pública un tema de meridiana importancia para el entendimiento de  problemas nacionales: LA INTOLERANCIA.

En un país en donde calificar de “indigesta y poco saludable” a la gastronomía nacional es considerado como traición a la patria, las palabras de Iván Thays, cayeron como coche-bomba en los oídos de nuestros talibanes culturales, para quienes este atentado dinamitero perpetuado a la Marca Perú, es solo comparable a la intención de los terroristas del Movadef de inscribirse como partido político.

Similar posición asumen algunos círculos académicos vinculados a los derechos humanos que asumen una postura conservadora y poco tolerante, al igual que los fundamentalistas de la Marca Perú, que ahora piden la cabeza de Thays por semejante sacrilegio.

En un artículo el escritor y guionista, Eduardo Adrianzen menciona la palabra “terrorismo dietético” para hacer referencia a la actitud inquisidora y fundamentalista de algunos círculos dietéticos en contra de la comida chatarra. Adrianzen reflexiona y concluye que no conviene a nuestra gastronomía esta batalla contra la grasa y el condimento, pues nuestra cocina esta preñada de estos ingredientes. Para Adrianzen no es conveniente censurar la comida chatarra, pues esto equivaldría censurar algunos platos de la cocina peruana, lo que significaría que toda la Marca Perú te salte al cuello.

Similar posición esgrime el escritor y publicista Gustavo Rodriguez, para quien la tolerancia es un factor fundamental para construir la verdadera marca Perú. “Lo que hace grande a nuestro país no es nuestra comida, debería ser nuestra tolerancia”, indicó Rodriguez.

Conga caliente

Pero mientras este debate mantiene ocupados a nuestros intelectuales y periodistas, en Conga se cocina otro explosivo potaje que hasta el momento ha sido escamoteado por supuestos rebrotes senderistas en las universidades y los sindicatos.

Con el afán de desinformar a la opinión pública, los medios de comunicación se han encargado colocar en la AGENDA PUBLICA una supuesta dicotomía entre desarrollo (minería) y atraso (antimineria) para desviar la atención del debate central: la ausencia de una minería responsable en el Perú, que durante los últimos 100 años nos ha regalado más pasivos (contaminación) que activos (Riquezas y educación).

Para ello, los medios han montando operativos de satanización en contra de los dirigentes que exigen la minería responsable, a quienes acusan de ex terroristas, apelando a una guerra interna todavía inconclusa. Es por ello que escandaliza a la derecha que varios jóvenes se inclinen por una amnistía general para cerrar las heridas de esta guerra que tanto daño hizo al país.

Tambores de guerra

A esta cortina se suma el fantasma de la guerra externa con el vecino del sur, que según inteligencia viene enviando periódicamente a espías disfrazados de hippies mochileros para tomar fotos a nuestras bases militares. Como si no existieran los satélites y el Google Eart. La consigna pareciera ser tapar los problemas reales con amenazas externas. Sin embargo hay que estar preparados. Eso si.

Guerra contra Susana

Ya que hablamos de guerras, no podemos dejar de mencionar el cargamontón que sigue soportando nuestra alcaldesa que vive un verdadero martirio desde que la corrupción le declaró la guerra.

A la visceral campaña de desprestigio montado por Casatañeda Lossio y Alex Kouri, ahora se suma el sheriff de Wall stret, Pedro Pablo K. quien no encontró mejor manera de permanecer activo en la arena política que desde la trinchera opositora a la gestión de Villarán. Habría que preguntarle al gringo si ya renunció a la nacionalidad norteamericana para aspirar a la presidencia.

* Alberto Gonzales


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La Runa Mula

Más brava que la Mula