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El gen del Conquistador en el futbol

Publicado: 2011-10-12

Después del partido y con la cabeza fría es el momento de someter al frio análisis la actuación de la selección que pasa por un proceso de transición después de los fracasos acumulados en más de treinta años.  En este proceso identificamos dos variables que condicionan el accionar de la selección y su desempeño. La primera variable es la objetiva y tiene que ver con el accionar de la selección y sus jugadores. La segunda es subjetiva y tiene que ver con la mentalidad de los jugadores, determinada por factores externos, presión del público, prensa etc.

A ver, no hay que ser muy listo para entender que tenemos un buen equipo para afrontar las eliminatorias con éxito. Sin embargo en el plano subjetivo todavía tenemos el lastre de una prensa destructiva y apañadora de la mafia de los dirigentes que funciona gracias a la pasividad de los hinchas peruanos y, me incluyo, pero por sobre todo, tenemos un pequeño gen heredado de la colonia que nos impide atender a razones a la hora de cejar en un empeño, sin importar las consecuencias que ello pudiera acarrear, en este caso, dejarnos fuera de un mundial. Es el lastre de una herencia genética que viene acompañado de un vedado racismo que nos hace desechar lo feo, o lo que no es blanco y con rasgos europeos.

Un ejemplo de esta degeneración genética del peruano que no se manifiesta en el vecino ecuatoriano o en el chileno es, por supuesto, la proverbial terquedad del ex entrenador peruano Chemo del Solar, quien contra viento y marea y sin entender razones, opacando la terquedad del colonizador Pizarro a la hora de avanzar en la conquista, impuso su empeño de prescindir de los mejores jugadores en las eliminatorias pasadas, sancionados por indisciplina.

Por supuesto este empeño nos costó caro, pues no solo no clasificamos sino que quedamos últimos debajo de Bolivia, por primera vez en nuestra historia futbolística. La prensa contribuyó a esta decisión y hasta la respaldó a capa y espada, ensañándose con los jugadores de color serio por una cuestión subjetiva y racial.

Esta terquedad patológica, heredada de la colonia por supuesto, continua intacta, pese al escarmiento de quedar eliminados y últimos en las eliminatorias, y se manifiesta, ahora, en la permanencia irracional de Pizarro en el titularato y peor aún, en la capitanía de la selección, dejando de lado a otros jugadores con mayor talento, como Vargas y Guerrero.

Podría citar diez razones para sustentar la no permanencia de Pizarro en el equipo, pero solo mencionaré algunas:

Pizarro no es el de antes y su permanencia condiciona al resto del grupo, pues para hacerlo jugar hay que sacrificar no solo jugadores sino el esquema de juego. Por ejemplo, en el último partido, Markarián podía haber ido con un equipo defensivo contra Chile para asegurar el empate y llevarnos un punto valioso, pero eso implicaba sacrificar a la “prima Donna”, Pizarro y no lo hizo. Me inclino a pensar que por presiones de los dirigentes, de la prensa atrofiada y, por supuesto, de cierto sector reaccionario de la hinchada, heredera de ese gen colonial.

La prensa jugó su partido a parte al endiosar a Pizarro y colocarlo entre los denominados, "Cuatro Fantásticos", cuando solo eran tres los verdaderos fantásticos: Farfan, Guerrero y Vargas, consagrados por la voluntad popular y por la evidencia real y objetiva.  Sin embargo este sector reaccionario de la hinchada influyó para inflar una portada sensacionalista que al final terminó en la tristemente célebre: “los cuatros goles fantásticos”, de Chile por supuesto.

Duro golpe al orgullo de este sector reaccionario de la hinchada peruana que, repito, tiene el gen de la terquedad enquistada en el cerebro.

¿Pero desde cuándo opera este sector reaccionario en nuestro futbol?

Me temo que siempre estuvo presente desde que el “Cholo” Sotil era bancado por un mediocre Oblitas, solo por ser blanquito. Esto nos pudo haber costado la clasificación de no ser porque el técnico de entonces fue iluminado de golpe y sentó al “Ciego” Oblitas para colocar al Cholo que venía de una racha goleadora con el Barcelona del España. Perú no solo clasificó, sino que se formó la dupla más célebre de la historia de nuestro futbol: la dupla Cubillas-Sotil.

Buenos tiempos de entonces que no volverán al menos que extirpemos el mal, o al menos que lo corrijamos momentáneamente. Una generación está pasando y somos los únicos responsables de nuestro destino. Nosotros los hinchas tenemos que corregir esto y emanciparnos de este sector reaccionario de nuestro futbol que se apoya en el dinero y el poder y cuyo rasgo característico es una desmedida desconfianza y recelo al negro y al cholo.

¿Un pais diviidido?

Es cierto, Pizarro ha polarizado al Perú más que las elecciones y la constitución del 79, y hoy tenemos sin duda un país dividido, aunque un sector de la prensa lo niegue. Ya salieron las portadas diciendo que Pizarro salvó al equipo con su gol heroico. No es cierto señor. El país está dolido y más dividido que nunca, no podemos seguir esperando milagros, señor Markarián. No podemos seguir esperando los poderes sobrenaturales de Pizarro, que no los tiene. Él es un ser humano que ha tenido la desdicha de ser el sueño, la extensión onírica, de ese sector reaccionario del futbol que pide un héroe a su imagen y semejanza.

Sería injusto achacarle la responsabilidad a este señor, que a mi juicio no tiene la culpa. También sería injusto echarle la culpa al “Mago” que hasta ahora no ha mostrado suficiente carácter para desmarcarse de las presiones. Su accionar está condicionado a la idiosincrasia de este “Perú oficial” y reaccionario que maneja los periódicos y el negocio del futbol, marginando al “Perú real” que sufre cada vez que no vamos al mundial.

Recuerdo las palabras de un amigo que decía que había que llevar al Perú al diván del psiquiatra para someterlo a un tratamiento intensivo. Todavía estamos a tiempo.


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La Runa Mula

Más brava que la Mula